Durante
los inicios de los años 60, la moda femenina no sufrió muchos cambios.
La
mayoría de mujeres lucían trajes estilo Chanel y faldas amplias.
A
mediados de los 60, la moda tuvo un cambio revolucionario gracias a
la invención de la minifalda, creada por Courrèges, discípulo
de Balenciaga y feminista convencido.
La
minifalda, incluso con su corta longitud, impedía que se viera la ropa
interior y daba más movilidad, pero su coste y estilo pertenecían a
la alta costura.
Otra
prenda de gran importancia -claramente, la más innovadora- fue los
pantalones de campana, ya que, hasta entonces, el uso de los
pantalones estaba reservado a los hombres. La
forma del pantalón, renovada, se ensanchaba hacia los pies.
Las
prendas eran fabricadas con telas estampadas muy coloridas, con lunares y
flores.
Además, jeans
ajustados o acampanados, y sandalias de cuero o zapatos de plataforma
podían ser utilizados tanto por hombres como por mujeres.
Los
60 significan también el cénit de 'la edad de oro' de la alta costura. A su vez, el nuevo ambiente
“desenfadado” provocaba que surgieran consignas que invitaban a las
personas a cuidar el planeta, como "Amor y Paz" y "No
a la guerra".
Por
lo que se refiere a los peinados, se estilaba un moño estirado para
cabellos largos y un efecto ondulado para cabellos cortos.
Siempre
impecables, las mujeres llevaban sus moños perfectamente peinados.
En
la playa, las mujeres emancipadas llevaban trikini, reservando los
modelos de una pieza para las más mayores y el bañador de dos
piezas para las jovencitas. Supone un verdadero cambio: se enseña parte del pecho y la libertad de
las mujeres se activa. De hecho, hoy en día, algunas mujeres siguen reivindicando el
espíritu liberador del trikini.
Respecto al maquillaje, cabe destacar que la atención se centraba en los ojos, apostando por un 'look' natural y dejando las pecas al descubierto.
Muchos de los
mismos cosméticos que se utilizan actualmente se emplearon también en los años 60. Así, la tradicional máscara de pestañas Maybelline
se aplicaba entonces con un pequeño cepillo. El rímel sólido
era similar a una caja de cerillas rectangular y el color se adhería
al cepillo después de frotarlo.